domingo, 8 de agosto de 2010

Escondidos, Charlie 3.

Te ví, planeando tus argumentos
sin olvidarte los míos.
Y otra vez se sucede la discución
que no tiene sentido.

Sobre los hombros de mi paciencia
cargaste tus sueños dormidos.
Y a pesar de poder cambiarnos los dos,
quedamos escondidos otra vez.

Dime cuando me dejó tu corazón a un lado.
Dime como me escuchó sin que le hubiera hablado.
Mirá como me dejó mi corazón a un lado.
Mirá como se pasaron todos estos años.

Dímelo, dímelo, dímelo...
¿Cómo querés que yo te entienda?
Si lo sabés, ni yo me entiendo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario