Te ví, planeando tus argumentos
sin olvidarte los míos.
Y otra vez se sucede la discución
que no tiene sentido.
Sobre los hombros de mi paciencia
cargaste tus sueños dormidos.
Y a pesar de poder cambiarnos los dos,
quedamos escondidos otra vez.
Dime cuando me dejó tu corazón a un lado.
Dime como me escuchó sin que le hubiera hablado.
Mirá como me dejó mi corazón a un lado.
Mirá como se pasaron todos estos años.
Dímelo, dímelo, dímelo...
¿Cómo querés que yo te entienda?
Si lo sabés, ni yo me entiendo.
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