sábado, 11 de septiembre de 2010

Nunca me enseñaste

Si nos volvemos a ver; ni se te ocurra acercarte, ni abrazarme, ni mirarme; podrías hacerme mal. Te pido, por favor, que me dejes si me ves. Que te vayas como algo que nunca pudo ser.
Mi corazón fué tu corazón. Mi cabeza te olvidó, mi corazón no sé si está seguro. No me puedo dormir desde que no estás acá, nunca me enseñaste a estar sola.
Para mí, fuiste el diablo. No, no pienso darte el alma. El tiempo que termina me puede curar. Y tengo que dejar de escribir sobre nosotros, canciones que cantan todos y nunca vas a escuchar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario